Desde
este segundo muelle
me transbordo
a aquel primero,
donde su
último te quiero
me aviva
cual dulce fuelle.
Y aunque
el silencio atropelle
con su
crujido disperso
lleno el
espacio en un verso
ahuyentando
el desamparo
mientras
me creo su faro,
su otra
mitad y universo.
Y así
regreso de nuevo
imperecederamente,
con
renovado aliciente
al lugar donde me debo.
Todas las noches promuevo
en la arista
de una estrella,
a la pretensión más bella
mientras
reposa en mi almohada
una sien
enamorada
y alguna
estéril querella….
Carmen Teresa Macareño Aisse.
.
(Es inexorable: en algún momento te toparás con el silencio
@vforte)
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