Cuando "comer es amar"
es porque se ha consumado,
el amor de quien prendado
le corteja al cocinar.
Es besar el paladar
y todo ese continente
de la boca: diente a diente
hasta engullir el mordisco
derrumbándose el arisco
muro acuciosamente...
~
(Para salvar lo que digo
quiero dejar mi receta,
versada en forma discreta
que aprendí de un buen amigo)
~
"Fiesta del Arroz con pollo"
~
Aceite de oliva y ajo,
cebolla y ají del dulce,
pimentón para que impulse
el sabor con que los fajo.
En el oliva el relajo
de aliños se hace sentir,
y el aroma al sofreír
me va diciendo que es tiempo
de invitar sin contratiempo
al pollo a este compartir.
~
Mientras tanto me hace ojitos
la preciosa zanahoria,
que por su color de gloria
le da vida a los sofritos.
Entre costumbres y mitos
un ejército de esencias,
alardean de sus ciencias
para sellar los sabores,
los aromas, los colores
y dictar nuevas tendencias.
~
Y en el nombre esta el meollo,
por eso llega el arroz...
decidido se va en pos
de un abrazo con el pollo.
Siempre termina el criollo
su cocción dentro del horno,
y preparo de contorno
un rico plátano frito,
y sin más yo les invito
al "punto de no retorno."
~
Cerrar con un plus café
y festejar en su vientre,
con un rico postre entre
"kilodudas" y su fe.
~
Por Carmen Teresa Macareño Aisse
e inspirada en el suculento ensayo
del señor @NunezNoda titulado "Comer es amar"
~
“Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.”
Helen Keller