Leí sus letras, sentí su corazón en mis manos, su padecer en mi conciencia sin culpa, sus desvelos iluminados por tanta gracia y sentimiento…
Leí sus letras, supe que el verbo nostalgiar se conjuga pulso a pulso, tic tac de reloj, lluvia constante, viento que raudo cruza el horizonte llevándonos…
Leí sus letras, sentí tan de cerca sus horas de angustias, sus anhelos de amor, la dicha contenida en el jardín de sus ojos, la tristeza pasada de todas las edades…
Leí sus letras y por un instante pensé que conocía desde antes su contenido oceánico, su universo de ansias, sus recodos de melancolía y de íntimos recuerdos…
Leí sus letras y en la mirada se juntaban su conciencia poética y mi voz un tanto trémula al leer tanta pasión infinita, tantos sentires conjugados, tanta vida y más!
Por Jesús Peñalver
(...leyendo sus letras me bebí su mundo. Pude en un segundo crear uno nuevo y justo para mí)