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Una batalla consciente
(en mi febril optimismo),
de empujarte hacia el abismo
que Freud llama mi inconsciente.
Pero el necio preconsciente
funge de filtro y abrigo,
para mantener conmigo
los aromas y memorias,
de las guerras y victorias
que fui librando contigo.
..
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer? Sigmund Freud
¡Genial, Carmen! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Gracias, José Miguel... un abrazo!
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