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Dispénsame madre flora
la comparación contigo
al darle a mi otoño abrigo
de llovizna seductora.
Se me desprenden ahora
hojas secas hacia al suelo
pero ante su bello vuelo
advierto a quienes me observan
que mis sueños se conservan
intactos con vista al cielo.
Fertilizo mi grandeza
con los cariños deshechos,
tiendo en hojas secas lechos
donde crece la entereza.
Desde el arce mi tristeza
se va tornando a esperanza,
y mientras la vida avanza
mirando hacia un crudo invierno
me afianzo en que no es eterno
y florece la semblanza.
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Por Carmen Teresa Macareño Aisse
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Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza.
Jean-Jacques Rousseau
Quiero saber si la llovizna que usted siente es dulce o salada. Si moja su ropa y su piel. O por el contrario, resbala. Si le nubla la mirada, si le agrisa sus labios. O los enciende. Si le llega al corazón. Si duele al pecho y al alma. O como un bálsamo, calma. Todo eso quiero saber. Si usted me permite.
ResponderEliminarjuan irigoyen
Poseo cuatro estaciones
Eliminara veces se dan a diario,
no poseen calendario
estas precipitaciones.
Entre aguanieve y canciones
me llega la primavera,
cuando él se encuentra a mi vera
es cuando el cielo se une
con el mar (verano inmune)
y también cuando yo quiera.