martes, enero 13, 2009

El rodillo de la prepotencia.-



Echando la mirada un poquito hacia atrás, y revisando nuestro diario transitar podemos reconocer que en algunas circunstancias hemos sido prepotentes (con nuestro hijo, con él del aseo, con el vigilante del edificio, con el señor del abasto, con el colega, con el alumno, con el mesero, frente al volante, etc) , pero también en muchas otras; hemos sido víctimas de ésta (de un maestro, un amigo, un jefe, un cliente, de un primo o hermano mayor, de un conductor, etc).

Dependiendo del lado donde estés parado, debajo o encima (del rodillo), te sentirás menos o más, respectivamente…. Si miramos hacia abajo, la sensación aplastante del que esta arriba, abusando de un “yo si sé, tu solo escucha”, para nada tiene que ver con la autoestima, o sí??... Quererse y saberse aceptado por uno mismo, reconociendo plenamente nuestras debilidades y fortalezas; no es carta aval para abusar de un poder específico, en un determinado momento.

Y si por el contrario nos ponemos a mirar hacia arriba y vemos ese rodillo acercarse, antes de sentirnos inferiores, debemos refrescar ese yo estoy aquí!! … no me ves??? ….y frenar la actitud del atacante, pero frenarla desde adentro, si realmente somos capaces de identificar la “inferioridad del prepotente” habremos vencido, en cualquiera de los dos sentidos. Pues es lo que al final sientas, lo que realmente importa para ser feliz, sabiendo que eso que sientes, te hace bien y de ñapa no daña a nadie en tu entorno.

No soy una experta en esta materia, solo sé que he vivido momentos no gratos por este tema y en ambos escenarios (encima o debajo del rodillo) creo sentirme muy cómoda, solo cuando recapacito y me doy espacio para pensar, sin justificar lo injustificable, y lo más importante; para corregir y seguir adelante.

Me llama la atención como este virus del despotismo, se esta apoderando de todos. Los más viejos, que pasamos por alto las reglas, por ser tediosas y maltrechas… violando todos los procesos, por aquello de “situación de emergencia”… nos saltamos la luz roja, no permitimos el paso a ningún carro (menos a un osado peatón), …. Hey!! yo primero porque estoy apurado, nos coleamos en la cola del cine o del banco…; o simplemente no escuchamos porque no nos interesa lo que el otro quiere decir… Y si hablamos de los más chicos, resulta increíble, pero no menos preocupante, como esas personitas de 3 y 5 años dominan y aplastan a sus padres con “ojitos puyuos” y palabras cortantes, para indicar lo que “piensan y quieren y VAN a hacer”…

Como muestra nacional, este botón de 10 largos años de suplicio, viendo como el innombrable vestido de gente se aferra al poder, que le da su prepotencia, y como todavía el proletariado se siente inferior, aceptando la “suerte” de país que estamos construyendo, o mejor dicho, que estamos destruyendo.

Como todo, los extremos son altamente perjudiciales…. Y somos nosotros mismos los que debemos revisarnos internamente y cambiar lo que consideremos este torcido, o comenzando a torcerse, revisaré desde mi alcance, desde mi núcleo, cómo estoy interactuando. Escuchar detenidamente….., allí tendré la tremenda oportunidad de relacionar lo que escucho con lo que sé. Puede ser un buen comienzo para dejar a un lado la estúpida prepotencia que lo único que nos dice es que somos superiores (así no sea cierto).

No hay comentarios:

Publicar un comentario