jueves, diciembre 19, 2013

Relevo



~
Acampando en el camino
echo una mirada atrás, 
y bendigo los quizás
que han suscitado al destino. 
Con esta copa de vino
simbolizo la clausura
con un dejo de ternura
propio de un ciclo que cierra
y si bien me ha dado guerra
puse a prueba mi armadura.

Esto se termina aquí
mi estimado dos mil trece,
ya en tus cielos nada crece
no hay flores ni colibrí. 
No se alimenta el paují
porque no hay frutos caídos, 
desiertos quedan los nidos
de los meses que emigraron
a una historia donde izaron
sus anhelos consumidos.

Toca a la puerta el amor
de un año que en sus comienzos, 
pone a la orden sus lienzos
a mi corazón pintor. 
Yo que le llamo señor
del futuro y la esperanza,
y él que confía su labranza
en nobles claves de morse
para que en dos mil catorce
cosechemos la confianza.
~
Por Carmen Teresa Macareño Aisse

~
 Hay un tiempo para dejar que sucedan las cosas, 
y un tiempo para hacer que las cosas sucedan. 
Hugh Prather

2 comentarios:

  1. Carmen, quiero saber si el tiempo es una línea que se escapa de las manos, un potro donde van enancados nuestros logros y esperanzas, también las pequeñas derrotas diarias y los consuelos.
    O por el contrario, saber si el tiempo es circular, con destino de noria silenciosa, donde volvemos a encontrarnos con la misma gente, las mismas cosas y con los nosotros del ayer.
    Quizás el tiempo sea la sumatoria de línea y círculo dividido entre dos. Y nosotros también un promedio de quienes fuimos, somos y queremos ser.
    Es una suerte no tener certezas y saber poco de estas cosas. Es una suerte andar, buscar, mirar, olfatear, abrazar, besar, llorar, reír. Es tiempo de hurgar.

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  2. Siempre es el momento. Ese es mi lema en las encrucijadas de mi vida.
    Mañana no seré yo. Solo hoy se que lo soy.
    Yo tampoco tengo esas respuestas. Pero coincidimos en las preguntas y las dudas. ¡Benditos los relevos y nuestra perplejidad!

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