jueves, abril 18, 2013

~ Mesa para dos ~

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Comensales y Anfitriones:

El es @Cunavichero (Orlando Augusto)

Ella es @_Catemay (Carmen Teresa)


EL:
Cuando las aguas del río
se aclaren en la corriente,
bajo este suelo bravío
serás mía nuevamente.

Ella:
Llevas demasiadas piedras
y las aguas se han revuelto...
Aunque en tu futuro medras
yo en mi presente te suelto.

EL:
Quisiera pararte tanto
como me paras tú a mí...
Ya no tengas más quebranto,
que estoy hecho para ti.

Ella:
No me pares demasiado,
ya hay suficiente estatura,
mejor mueve la cintura
que la rumba se ha formado.

EL:
Para mover la cintura
te pido por caridad
que tu pongas la maldad
que yo pongo la locura.

Ella:
La maldad ya te la tengo  
la tenía reservada...
Solo basta una mirada
mi querido amor realengo.

EL:
Entonces bella princesa
te pregunto con rubor
en el nombre del amor:
-¿me concedes esta pieza?

Ella:
Por supuesto caballero,
la pieza está concedida,
y una querencia encendida
de bailarte yo primero.

EL:
Con la maldad que me dices
que tenías reservada
podría ser la lambada
y así acabamos felices.

Ella:
Rodilla, cintura y corba
en cadencia y consecuente,
mientras resbala en la frente
un calor que no me estorba.

EL:
De estorbar algo es la ropa
con tanto baile y calor,  
pero refresca el amor
si bebemos de su copa.

Ella:
De la copa del amor,
¡Ay de su elíxir y estragos!
después de quizá dos tragos,
se nos sube de color

EL:
Pues entonces mi preciosa
te confieso avergonzado
que al bailar en tu costado
se me subiría otra cosa.

Ella:
Paso a paso compañero,
que esto es solo una lambada,
no entiendo nada de nada:
mire que esto no es bolero.

EL:
El baile es el menudeo
genuino y elemental,
de ese vertical deseo  
del amor horizontal.

Ella:
Es cierto, yo estoy de acuerdo
que el baile es esa tonada,
que en los poros va tatuada
cuando a solas lo recuerdo

EL:
Pues en pistas de tu piel
con desenfreno y pasión
quiero bailar la canción
"El bolero de Ravel".

Ella:
Que el de Ravel se haga nuestro,
y que la noche en su oscuro
nos abrigue en un conjuro
de inolvidable secuestro.

EL:
Que la pasión entretenga
nuestro baile seductor,
que nos bautice el amor
Y el tiempo que se detenga.

Ella:
Reloj no pares la hora
que corra el tiempo contigo,
convirtiéndome en tu abrigo
tu anochecer y tu aurora.

EL:
Tu mi noche despiadada
y mi amante amanecer,
tu mi baile de lambada
Tú mi diabla y Lucifer.

Ella:
Yo no soy un angelito
pero tampoco demonio, 
yo vengo a dar testimonio
del repentismo bonito.

~

La vida es tan amarga que abre las ganas de comer.
Enrique Jardiel Poncela

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