miércoles, abril 10, 2013

Tráfico

~ TRÁFICO ~
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 Aspiras el aire que te arropa la cara, como robándole, infértilmente, su espacio. Pero él se vuelve a llenar, de la misma manera que te llenas de él, contando hasta cuatro. Sin pausa pero a un ritmo inquebrantable, lo expulsas viciado; pero con el mismo ímpetu y ritmo con el que te lo robaste, siempre contando hasta cuatro.

Pulmones que se ocupan y se vacían, mientras el abdomen se hincha y deshincha de una manera impecable en tiempo y espacio. 

Divina savia carmín que se apodera del aire y que con él: alimenta, transporta y recoge.

Repites mágicamente esta receta de vida, de una manera inconsciente pero inexcusable; hasta dar con el primer elemento perturbador de tan mágica cadencia: el despertador, tus caricias tempraneras, y nuestros pendientes. 

Para entonces, habrá de romperse el ritmo, alcanzando a contar quizás, hasta uno;  y mi sangre transportará mucho más que aire, transportará eso que yo llamo amor, y que algunos llaman Luliberina.

por Carmen Teresa Macareño Aisse

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"No somos seres humanos con una experiencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana." Pierre Teilhard De Chardin

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