miércoles, diciembre 12, 2012

~ Tesoro ~

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Tu mar de sangre caliente
hunde en mi vientre al navío
de tu portento, amor mío
reclamando un fondo urgente.

Y dibujas en tu frente
profundas marcas de gozo,
mientras pasea alevoso
tu deseo de hurgar linderos
al ritmo de mis “tequieros”
entre exhausto y tumultuoso.
.

 
Es la hora en que me quedo solo y, mientras los demás duermen, abro el cajón donde guardo mis tesoros. Contemplo tus zapatillas, el pañuelo, tus cabellos, el retrato, releo tus cartas y aspiro tu perfume almizclado. ¡Si supieras lo que siento!
 Gustave Flaubert.

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