Soy de roca y soy de acero
pero también soy la brisa,
esa que imprime la prisa
al mástil de mi velero.
No hay último ni primero
cuando danza mi "caneta",
soy una fugaz cometa
que siempre vuelve a volver
y que en versos ve llover
luz copiosa de alma inquieta.
Soy amante del Caribe
de sus costas y ensenadas,
soy cuenta cuentos de hadas
y la injusticia me inhibe.
Siempre procuro en mi aljibe
agua fresca y un buen vino,
muy tinto para el camino
que aunque se pueda torcer
no hará que deje de ser
la autora de mi destino.
Soy azul y soy naranja
soy blanca como la espuma,
que se casa con la bruma
y al pasar deja una zanja,
es mi huella cuya franja
va adornando mi ropaje,
de pasión y de coraje
de amores inamovibles,
que encienden mis combustibles
con peligro de abordaje.
Soy merengue, cumbia, rumba
guaracha, mambo y joropo,
con mi sencillez me arropo
y mi altivez se derrumba.
De lo triste hago una zumba
y me río de mi misma,
es como luz en mi prisma
que se desdobla en amores
de los más bellos colores
que algunos llaman carisma.
Sensible y sentimental
la justicia es mi visera,
si la suerte se escondiera
habría risa en mi portal.
Lo mejor de ser mortal
es caerse y conseguir,
un hombro que haga sentir
que aunque la vida sea breve,
solo gana el que se atreve
jugando a querer vivir.
En resumen soy mujer
una rebelde sin pausa,
con la bellísima causa
de hacer sin dejar de ser.
El mantenimiento de la paz comienza con la autosatisfacción de cada individuo. Dalai Lama
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