No hay poder en el mundo que te obligue a hacer o decir algo que no sientas y desees. Sería como comer un plato delicioso con el estómago lleno. No hay placer ni disfrute.
Cuando por presión, ignorancia, necesidad de aceptación o ciega sumisión, accedemos a realizar algo en contra de nuestra voluntad, entonces restamos dignidad y sumamos inmoralidad a nuestra esencia.
Todo lo que somos, todo lo que tenemos; es porque lo hemos permitido y porque lo hemos aceptado. Si parte de lo que somos no nos satisface del todo, e identificamos qué es, y porqué llegó allí.. Entonces podremos intentar las formas para corregirlo y cambiar nuestra postura frente a eso que no nos llena, que nos fastidia, que nos molesta.
Solo puedes controlar lo que está dentro de ti, así; todas las cosas que puedan sucederte y que sean ajenas a ti, pueden ser percibidas de diferentes formas, y esa percepción dependerá del control que puedas ejercer sobre ti mismo. De la actitud que asumas ante los eventos a los que estarás expuesto.
La lista de cosas que quisiéramos que fuesen diferente puede ser tan larga, como nuestra ambición, como nuestro deseo, como nuestro sueño, como nuestra fantasía. Si sabemos que el cambio solo puede venir de nosotros mismos, y si estamos seguros que la única forma de que las cosas sean diferentes, es porque tu procures ese cambio, entonces; entenderemos que no hacemos nada señalando y buscando en el otro las fallas que son solo tuyas. Sin embargo, existe una montaña de cosas que no dependen de ti cambiarlas y si es así, simplemente pasa la página y olvídalas.
Siempre es el momento de comenzar, ahora mismo, si así lo quieres. Rectificar y no volver a caer en el mismo hueco…
Puedes seguir equivocándote, pero que sean nuevos errores… y no para acumular aprendizaje, pues tal vez esa misma situación no se vuelva a presentar en tu vida, sino por simple inteligencia, qué sentido tiene golpearte contra la misma puerta de vidrio por segunda o tercera vez?.
Cuando por presión, ignorancia, necesidad de aceptación o ciega sumisión, accedemos a realizar algo en contra de nuestra voluntad, entonces restamos dignidad y sumamos inmoralidad a nuestra esencia.
Todo lo que somos, todo lo que tenemos; es porque lo hemos permitido y porque lo hemos aceptado. Si parte de lo que somos no nos satisface del todo, e identificamos qué es, y porqué llegó allí.. Entonces podremos intentar las formas para corregirlo y cambiar nuestra postura frente a eso que no nos llena, que nos fastidia, que nos molesta.
Solo puedes controlar lo que está dentro de ti, así; todas las cosas que puedan sucederte y que sean ajenas a ti, pueden ser percibidas de diferentes formas, y esa percepción dependerá del control que puedas ejercer sobre ti mismo. De la actitud que asumas ante los eventos a los que estarás expuesto.
La lista de cosas que quisiéramos que fuesen diferente puede ser tan larga, como nuestra ambición, como nuestro deseo, como nuestro sueño, como nuestra fantasía. Si sabemos que el cambio solo puede venir de nosotros mismos, y si estamos seguros que la única forma de que las cosas sean diferentes, es porque tu procures ese cambio, entonces; entenderemos que no hacemos nada señalando y buscando en el otro las fallas que son solo tuyas. Sin embargo, existe una montaña de cosas que no dependen de ti cambiarlas y si es así, simplemente pasa la página y olvídalas.
Siempre es el momento de comenzar, ahora mismo, si así lo quieres. Rectificar y no volver a caer en el mismo hueco…
Puedes seguir equivocándote, pero que sean nuevos errores… y no para acumular aprendizaje, pues tal vez esa misma situación no se vuelva a presentar en tu vida, sino por simple inteligencia, qué sentido tiene golpearte contra la misma puerta de vidrio por segunda o tercera vez?.
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