Por Andres Eloy Blanco
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Pregón
¡Naranjas de Valencia,
naranjas frescas, naranjas,
naranjas amarillas
de cuando el naranjo se baña!
-¡Naranjas de cuando el sol
parece que en la alborada
va a salir del horizonte
y sale de las naranjas!
Anuncio
Valencia del Rey, Valencia;
también está entre naranjos
Valencia de Venezuela.
Palabra madrugadora,
carne de mañana tierna,
zumo de naranja fría
de Valencia -fue en Valencia-;
amanecer del naranjo,
amanecer de las eras,
el canario y el naranjo
se apuestan sus amarillos
y gana la naranjera.
-¡Hoy hablará Giraluna!
Fue en Valencia.
-Hoy hablará Giraluna;
si las naranjas hablaran
hablarían como ella.
La Tarde
Una boda al aire libre
de Valencia, por la tarde,
los novios por los jardines,
como jugando a casarse.
En Valencia hay azahar
para que el mundo se case;
si con las once mil vírgenes
llegan once mil galanes,
bastará que un abanico
les guiñe a los naranjales
y para once mil doncellas
sobrarán los azahares.
Metidos en los jardines
novios, padrinos y padres,
invitados y curiosos;
los naranjos al rozarles
dejaban caer botones
de azahares
y parecía que todos,
novios, invitados, padres,
padrinos, niños, jugaban
a casarse.
Mientras todos se casaban
yo empezaba ya a casarme
con la flor de los naranjos
y las novias de la tarde.
Aparición
Y fue entonces: Una niña
y en dos trenzas los cabellos,
una luz en la mirada
que alumbraba hasta allá lejos;
ancho mirar, como plaza
para un noviazgo labriego;
las pestañas como juncos
junto a los inmensos;
-¿Cómo hará para cerrarlos?
¡Y qué grande será el sueño!
La tarde, que lo sabía,
dejó la noche en el cielo,
una noche para dos
que quieran quedarse ciegos
y un cielo para querer,
para querer ir al cielo.
Sus ojos, sus grandes ojos
del color de las castañas,
sus trenzas, sus largas trenzas
del largo de su mirada
ojos de estarse mirándolos
hasta más allá del alma.
A la orilla de los ojos
llegué; la empecé a mirar:
-¡Quién tornara a los tiempos buenos,
quién volviera la vida atrás,
quién me diera diez años menos,
quién te diera diez años más!
De la orilla de los ojos
me llamó.
-¿Quieres casarte conmigo?-
dije yo.
Y en el fondo de los ojos
respondió.
y escondida en los naranjos
encontré la nueva flor.
Encontré la giraluna,
la novia del girasol.
~
"...leño que huye el temporal
arrimándose al convoy.
Y yo a confesarle voy
que envidio hasta sus dolores,
porque los vuelca en fulgores
la gloria de Andrès Eloy."
(palabras de Alfonso Reyes
para el Poeta Andrès Eloy Blanco)
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