domingo, mayo 06, 2012

Que el soneto nos tome sobreaviso


Cuan sinceros son los labios de un te amo,
cuan impúdicas las manos que desean,
qué descaro el de tus ojos que me lean
la desnudez del alma que derramo. 
 
 Se redimen latidos de un mucamo
corazón y su destino que pelean, 
se anulan esos hados que golpean 
la realidad indeseable que hoy proclamo.

Conformes y vacíos van dos brazos 
sendienta y desprovista con su boca 
resiste al desafecto y sus ocasos.

Si brillas para mi luna barroca 
ilumínale a él también sus pasos 
pues tu esplendente luz no se equivoca.

 


dejar que cada sílaba en la oncena
encuentre su lugar y su momento
. Jorge Drexler




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