Cuando lo llamo mi amigo
lo quiero hacer en su boca,
al calor que me provoca
su abrazo como mi abrigo.
Y refiero al pan de trigo
tierno que me da su piel,
a su saliva de miel
y a esa voz que me controla
aunque yo siga a la cola
de las prioridades de él.
lo quiero hacer en su boca,
al calor que me provoca
su abrazo como mi abrigo.
Y refiero al pan de trigo
tierno que me da su piel,
a su saliva de miel
y a esa voz que me controla
aunque yo siga a la cola
de las prioridades de él.
¿La amistad entre un hombre y una mujer? Sí, la entiendo, mientras no sea yo el amigo.
Fernando Fernán
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