Cuan sinceros son los labios de un te amo,
cuan impúdicas las manos que desean,
qué descaro el de tus ojos que me lean
la desnudez del alma que derramo.
cuan impúdicas las manos que desean,
qué descaro el de tus ojos que me lean
la desnudez del alma que derramo.
Se redimen latidos de un mucamo
corazón y su destino que pelean,
se anulan esos hados que golpean
la realidad indeseable que hoy proclamo.
Conformes y vacíos van dos brazos
sendienta y desprovista con su boca
resiste al desafecto y sus ocasos.
Si brillas para mi luna barroca
ilumínale a él también sus pasos
pues tu esplendente luz no se equivoca.
dejar que cada sílaba en la oncena
encuentre su lugar y su momento. Jorge Drexler
encuentre su lugar y su momento. Jorge Drexler
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