en el aire, un denso veneno;
en los sentimientos, un niño; en los sufrimientos, un santo;
en los hogares, hambre;
en las industrias, desierto;
en el abasto, escasez;
en las filas, descontento;
en la televisión, mentiras;
en los juzgados, impunidad;
en las madres, desolación;
en los estudiantes, resistencia;
en los cuarteles, cobardes;
y
en Miraflores, un asesino.
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Sé lo
que piensas al mirar la bandera,
Sé lo que soy al verte y luchar.
Querida Carmen: ya he vivido muchos años y muchas cosas. Sin embargo, cada vez colecciono más preguntas que respuestas. La experiencia me dice que esto será siempre así. Y quizás esa sea la gasolina de mi motor. Pero no me puedo sustraer al sufrimiento de los demás y al propio. El propio lo soportas, si puedes, lo lloras, lo luchas, lo engañas y si puedes, cada tanto le das un adiós. Igual no te mientes y sabes que es un pájaro con retorno. El sufrimiento ajeno es más complejo: ?qué dices, qué haces, qué propones a quien sufre a tu costado?
ResponderEliminarPues te digo que no lo sé. Sólo sé que puedo estar al costado de quien sufre, abrazarlo, acariciarlo, escucharlo y reír o llorar con él. Estar a su costado.
Tú tienes que saber, que yo estoy a tu costado.
Beso.
A un costado del dolor
Eliminaresta la frase certera,
que juega a ser primavera
en medio del estupor.
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La vida es como el color
se destiñe, se combina,
se matiza en esmaltina
para que el azul del cielo
se llueva en un riachuelo
a ver si esto se termina.
:")