donde el rocío y las estrellas,
hacen de ellas las más bellas
magnolias de noble alburno.
Desde entonces, taciturno,
el juglar del condominio,
teje bajo el patrocinio
de las musas mariposas,
unas décimas hermosas
perfumando el conticinio.
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Por Carmen Teresa Macareño
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La impotencia del sol y
la expansión incontenible de la noche.
Valeriu Butulescu
Me gusta el conticinio en su momento, no a deshoras. Por eso en el jardín y en el silencio, también contemplo mariposas tejiendo el aire de la noche. ¡Conticinio!
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