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Rincón de algún mundo inmóvil
no corre el agua ni el tiempo,
dormitan en solitario
tejas, pasillos y aceras.
Pensamientos a la fuga
por una rendija, una grieta.
Nada se mueve, nada pasa.
Pestañean lucecitas
de noctilucas y estrellas,
pintadas en las paredes.
Ni las horas ni los gatos
nada corre en este espacio.
Los ratones son los dueños
de las sobras, los olvidos y
de algunos "por si acasos".
Aquí se la pasa uno bien,
cuando el paso es sólo un rato.
Después de algunos ratones
la esquivez es ministerio,
haciéndose perentorio volver.
A los girasoles nos urgen las azoteas
no corre el agua ni el tiempo,
dormitan en solitario
tejas, pasillos y aceras.
Pensamientos a la fuga
por una rendija, una grieta.
Nada se mueve, nada pasa.
Pestañean lucecitas
de noctilucas y estrellas,
pintadas en las paredes.
Ni las horas ni los gatos
nada corre en este espacio.
Los ratones son los dueños
de las sobras, los olvidos y
de algunos "por si acasos".
Aquí se la pasa uno bien,
cuando el paso es sólo un rato.
Después de algunos ratones
la esquivez es ministerio,
haciéndose perentorio volver.
A los girasoles nos urgen las azoteas
el viento y el bullicio de los pájaros....
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Es una bendición cambiar, pero la mudanza es terrible,
Carmen Teresa Macareño Aisse
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