He decidido no volver a decidir. Pues la última vez que lo hice y con algo muy importante, el destino se me adelantó y me trancó el juego.
He pensado en no volver a pensar. Es una combinación peligrosa, esa de pensar y decidir.
Siento que irremediablemente voy a seguir sintiendo, pues mis latidos, mis pulsaciones, así me lo exigen; así me lo gritan…. Y yo quiero complacerles.
Quiero seguir queriendo y creo seguir creyendo, no hay más nada que hacer. Ya nada que decidir, más nada en que pensar. Son raticos de luz, son rendijas de paz…. Mi vida esta en mis pies, voy a caminar más rápido, voy a correr más despacio…
He pensado en no volver a pensar. Es una combinación peligrosa, esa de pensar y decidir.
Siento que irremediablemente voy a seguir sintiendo, pues mis latidos, mis pulsaciones, así me lo exigen; así me lo gritan…. Y yo quiero complacerles.
Quiero seguir queriendo y creo seguir creyendo, no hay más nada que hacer. Ya nada que decidir, más nada en que pensar. Son raticos de luz, son rendijas de paz…. Mi vida esta en mis pies, voy a caminar más rápido, voy a correr más despacio…
Sinceramente usted tiene un alma libre dentro de usted, y pues es cierto, algunas veces pensar y programar no nos deja más que absurdos y procesos somáticos que nos agotan, nos elevan esa ansiedad y no responden absolutamente nada, los hechos del sentir son aquellos que nos permiten dejar la angustia y vivir a plenitud.
ResponderEliminarMe gusto mucho, saludos, y por cierto, espero que se recupere pronto…
Gabriel Robles..